Resulta fascinante descubrir cómo cada género musical ha llegado a evolucionar en lo que es ahora mismo. Aunque la mayoría de los que abarca la música moderna -por el momento dejaremos la música clásica fuera del análisis- son relativamente jóvenes, los cambios que han sufrido en su breve historia son enormes. Y conocer cómo y cuándo surgieron los términos que les dan nombre es muy útil para entenderlos mejor.
Como quien esto escribe no es filólogo ni historiador, ha tenido que recurrir a fuentes externas para surtirse de información, por lo que aquí se limita a exponer las teorías más verosímiles e interesantes sobre cada género abordado. Siempre son bienvenidas sugerencias o enmiendas a lo aquí expuesto.
FUNK: El origen de la palabra funk se encuentra en la alusión a un fuerte olor corporal, y no al verbo “to funk”, que significa tanto “entrar en pánico” como “acobardarse”. Parece ser que el término deriva del kikongo, la lengua que se habla en la República Democrática del Congo. Y, aunque lo del olor tiene su lógica -al menos, si pensamos en el contoneo desmadrado de cientos de cuerpos que suele darse en un concierto de dicho género-, poco a poco adquirió el significado de “terrenalidad” o “vuelta a los orígenes” con el que se difundió en el discurso jazzero de mediados del siglo XX. De esta forma acabó siendo un término elogioso, usado para referirse a una música tan viva, bailonga y jovial como es el funk.
Por último, hemos de señalar que, aunque en la actualidad mucha gente use el término “funky”, esta palabra es un adjetivo que se refiere a la calidad funkera, funkística o funkosa de una determinada música, que no necesariamente ha de ser funk en sentido estricto.
ROCK: Tal y como afirma la muy socorrida Wikipedia, la palabra “rock” alude al movimiento hacia atrás y delante de un barco, y “roll” a su movimiento lateral. Tras tan poco sugerentes orígenes náuticos, los cantantes de góspel de la primera mitad del siglo XX comenzaron a usar el término “rocking” para referirse al éxtasis provocado por ciertas clases de música religiosa y al ritmo que caracterizaba a dicho sonido.
Fue en 1947 cuando la canción Good Rocking Tonight, de Roy Brown (popularizada 7 años más tarde por Elvis Presley) otorgó al término su famosa ambigüedad, que remite tanto al baile como al acto sexual. Hay que tener en cuenta que la censura de la época forzaba a los músicos a expresarse de forma velada. Tampoco está de más señalar que la primera canción en que el término rock n’ roll formaba parte del título es ésta, de Wild Bill Moore.
RAP: Alguien define el rap en el magnífico Urban Dictionary –con tanta gracia como sorna y mala baba- como el acrónimo de “Retards Attempting Poetry”. Aunque aplaudimos su ingenio, lo cierto es que el término parece datar del siglo XIV, cuando aún faltaban unos añitos para que nacieran Public Enemy o los Beastie Boys.
To riden into the route rappes to deale.
(To ride into the crowd, raps to deal.)
Esto es un extracto del poema Alisaunder of Macedoine, escrito entre 1340-1370 y referido a Alejandro Magno. No está nada mal para fardar un poco de caché histórico si alguien te pregunta por los orgíenes del rap…
En cualquier caso, su significado moderno apareció bastante más tarde. En los años 60 del siglo XX ya aludía a 'hablar con vigor' o a 'un golpe de ingenio afilado', y en 1971 (cuando la música rap aún no existía tal y como la conocemos ahora) el músico Isaac Hayes usaba el término en canciones como Ike's Rap. Durante esa década el rap pasó a definir la forma de hablar rítmica, persuasiva y contudentemente que asociamos con dicho género. Como colofón aprovechamos para señalar que el término hip-hop a veces se emplea de forma errónea como sinónimo de rap; sin embargo el hip-hop tiene un sentido más amplio, que engloba diversas expresiones culturales: rap, turntablism, breakdance y graffiti.
BLUES: El uso del color azul para referirse a un estado de ánimo tristón o melancólico viene de largo; el dramaturgo inglés Gorge Colman ya lo empleaba en su obra Blue Devils (1798) para referirse a él. Ahora bien, en la cultura africana el añil o índigo tenía una profunda significación mística, y se usaba para pintar el cuerpo de los difuntos durante la correspondiente ceremonia para representar el duelo o sufrimiento. No en vano, la planta conocida como añil estaba presente en muchas de las plantaciones sureñas donde trabajaban los esclavos africanos cuyos cantos darían origen al blues.
En cualquier caso, estas explicaciones sirven muy bien para entender cómo el blues siempre ha estado asociado al ánimo pocho y tristón que caracteriza un sonido lleno de lamentos y quejíos -con permiso del flamenco, género con el que comparte no pocos rasgos. Señalemos, para acabar, que la primera canción en incluir la palabra 'blues' fue I Got the Blues, de Antonio Maggio (que coloquialmente significaría 'estoy de bajón'), y que la cantante Ma Rainey fue conocida como 'madre del blues'.
FLAMENCO: Ya acabamos de comprobar que todo rastreo etimológico es asunto peliagudo, pero con el flamenco la cosa se pone, si cabe, aún más delicada. Como señala Andrés Salom en este artículo, “lo mismo puede designar un ave zancuda palmípeda, un habitante de cierta región del Norte de Europa, un cante, baile o toque, e incluso una actitud: ponerse flamenco”.
A riesgo de que algún purista del cante jondo nos afee el atrevimiento, nuestra hipótesis favorita sobre el origen del término es la que lo vincula a “ponerse fanfarrón” o “farruco”, del argot de finales del siglo XVIII y principios del siguiente. Según esta hipótesis, atribuida al profesor M. García Matos, un “tío flamenco” era alguien “echado p’alante”. De hecho, “flamenco” se utilizaba para referirse a los gitanos andaluces, y solo tiempo después pasó a definir determinadas expresiones culturales propias de ellos y, por último, una forma de cante.
Si os ha interesado este artículo, no os perdáis su segunda parte, que aparecerá en breve en el blog de International House Madrid.