Cinco razones por las que Malta es perfecta para aprender inglés

Frente a la clásica opción de aprender inglés haciendo un curso de verano en Inglaterra o Irlanda, por motivos obvios los destinos más solicitados por los estudiantes españoles, Malta se revela como un destino de lo más apetecible por su buen clima y fama de isla acogedora para los turistas. El mal tiempo y la dificultad para pasar un veraneo similar al de las costas españolas hacen que el Reino Unido no resulte el destino idóneo para los más playeros. Sin embargo, Malta tiene una merecida fama de ser todo un paraíso de sol y playa. Con unos 400 000 habitantes, es la isla más grande del archipiélago maltés, que recibe el mismo nombre. La escuela de International House Madrid, ubicada en la zona de Swieqi, se encuentra a menos de 10 kilómetros de La Valeta, capital de Malta, y a sólo 5 minutos a pie de St. Julian’s, magnífico enclave turístico y área clave para los estudiantes por su gran animación, tanto diurna como nocturna. Veamos qué es lo que hace Malta un destino de veraneo tan apetecible:

Aprender inglés (o maltés)

En Malta se habla el maltés, lengua que comparte cooficialidad junto al inglés. Esto puede parecer una obviedad, pero no es raro que mucha gente ignore este dato. Se trata de un idioma sugerente como pocos, que recuerda bastante al Aklo, el idioma empleado por Arthur Machen y popularizado por Lovecraft en sus cuentos; de él ya hablamos en un texto sobre lenguajes inventados del blog de International House Madrid. Ta’Dmejrek, Tac-Cawl, L-Imqabba, Wied’il-Ghajn, Gozo – I?-?ebbu?, L-Imgarr, etc. Resultan tan exóticos y arcanos como los nombres que recibían lejanos países en los libros de fantasía que muchos leíamos de chavales. Bromas aparte, muchos lingüistas consideran el maltés un idioma inclasificable, mezcla de varias lenguas, principalmente el italiano y el árabe, aunque también tiene influencias del griego, el catalán o el inglés. Todo un reto para el estudiante de lenguas.

En cualquier caso, pese a existir tan extravagante idioma propio, la britanización de Malta fue un proceso imparable desde que el Imperio Británico se anexionó la isla en 1814. Desde entonces, no sólo se impuso el idioma imperial, sino que los malteses también adoptaron ítems tan británicos como sus famosas cabinas de teléfono, la conducción por la izquierda o los desayunos a base de beicon y huevos (aquí tenéis más detalles sobre el particular). Por lo que al inglés de Malta respecta, tiene fama de ser bastante sencillo: dejando de lado algunas peculiaridades y localismos, el acento entre árabe y mediterráneo suele hacerse bien comprensible para los estudiantes españoles. Y, como ya explicamos en el texto sobre Manchester que publicamos en el nuestro blog, practicar diferentes acentos es siempre beneficioso para aprender inglés y acostumbrarse a su riqueza fonética.

Sol y cultura

Es tarea complicada elegir unas pocas playas de entre las decenas con que cuenta Malta, aunque Golden Bay, situada al noroeste de la isla, es de las más apetecibles para pasar el día en ella: aparte de ser enorme -lo que a menudo evita las aglomeraciones-, está bien equipada para los visitantes, su arena es finísima y en ella se pueden practicar deportes acuáticos. Otra que queremos destacar, por poco conocida y un poco inaccesible, es Selmun Bay, una calita situada en el noreste de la isla, bastante recoleta y relativamente alejada del turismo, rodeada por grandes dunas y sólo accesible por un estrecho sendero

Por último, la Laguna Azul podría considerarse la playa más apetecible de Malta. Con este nombre, que remite a la emblemática –y horrorosa, añadiría- película de los 80, figura en las guías de la isla esta magnífica cala natural de prístinas aguas protegida por rocas. En verano los turistas abundan y el espacio escasea, por lo que se recomienda visitarla a primera o última hora del día. Se encuentra al oeste de la isla, cerca de la isla deshabitada de Cominotto. Si queréis conocer algunas otras playas, visitad este enlace, en el que reseñan las diez más emblemáticas de Malta.

Aunque Malta no goza de especial relevancia por su oferta museística, el Museo Nacional de Arqueología es una visita más que recomendable: se encuentra en un albergue de la Orden de San Juan, con merecida fama de estar entre los más edificios más atractivos de la isla. Entre los tesoros que alberga está la conocida como Venus de Malta, una estatuilla de 10 cm. datada entre el 3600 y el 3200 a.C. y razonable parecido con la célebre Venus de Willendorf. Los objetos más antiguos del museo se remontan al año 5.200 a.C.

Submarinismo

Aunque no goce de la popularidad de otros destinos, Malta es un lugar muy apreciado para quienes gozan de la inmersión acuática. El principal motivo es que sus aguas están cuajadas de pecios de barcos hundidos durante la II Guerra Mundial, una atracción irresistible para quienes no se contentan con admirar pececillos. Los entendidos también alaban la biodiversidad del ecosistema marino y la espectacularidad de algunos puntos de buceo de la isla. Contratar un curso es, además, bastante más barato que en otros lugares. Visitad este enlace para informaros mejor si lo vuestro son las gafas acuáticas y la bombona de aire.

Disfrutar de su vida nocturna

El ambiente de la capital, La Valeta, atrae cada año a un buen número de turistas, y su vida nocturna es una importante baza para ello. Por las noches podéis disfrutar de un gran surtido de pubs y discotecas abiertas hasta más o menos las 4 de la mañana, si bien la oferta musical es un tanto limitada. La mayoría de bares y discotecas, además, están concentrados en zonas muy concretas entre las que es cómodo moverse a pie, como el ya mencionado barrio de St. Julian’s. En esta web (en inglés) puedes encontrar algunas sugerencias sobre los mejores locales para escuchar música o tomar una copa.

La ciudad amurallada de Mdina

Otro de los lugares más interesantes de Malta es la ciudad amurallada de Mdina, que antaño fue la capital administrativa de la isla; de hecho, en la actualidad aún vive en ella parte de la aristocracia maltesa. Aunque se remonta al 4000 a.C -es la ciudad más antigua de la isla-, su configuración actual se debe a los fenicios, quienes ha habitaron desde el año 700 a.C. Gracias a su pequeño tamaño, es perfecta para hacer una escepada y volver en el mismo día. El manojo de estrechas calles que la forman parece permanecer detenido en el tiempo, y no en vano recibe el sobrenombre de Ciudad del Silencio.

Su arquitectura, mezcla de estilo medieval y barroco, alcanza su mayor esplendor en la catedral de San Pablo, cuyo interior barroco (ver foto) es colorido y deslumbrante, para muchos lo más interesante de Mdina junto al Palazzo Falson, una de las más bellas y antiguas construcciones de Malta. Es muy recomendable aprovechar el desplazamiento a esta ciudad amurallada para hacer un alto en Ta’Quali, una zona de viñedos en cuyas bodegas se pueden degustar vinos malteses de gran calidad.

Confiamos en que este texto os haya animado a descubrir por qué Malta es un magnífico lugar tanto para aprender inglés como para disfrutar de sus playas y ciudades. Si estás pensando en hacer un curso de verano, recuerda visitar la página de International House Madrid para informarte sobre nuestros cursos de inglés y nuestra escuela en Malta. 

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