Tal y como vimos en la anterior entrada del blog de International House Madrid sobre idiomas inventados, algunos lingüistas, eruditos y ratones de biblioteca dedican tremendos esfuerzos a inventar idiomas; en muchos casos lo hacen por puro entretenimiento, para imaginar cómo se comunicaría un orco o un alienígena, o para hacer más verosímiles las fantasías utópicas -o distópicas, más bien- que plasman en libros y novelas.
Sin embargo, hoy abordaremos un segundo grupo, el formado por quienes concibieron idiomas con la esperanza de que todos nos comunicáramos en una lengua común, y que ningún guiri fuera objeto de cachondeo por balbucear torpemente un '¿donde haber playa in Madrid?'. Mucho antes de que el multiculturalismo y la aldea global y la globalización y semejantes conceptos irrumpieran con fuerza, una serie de titanes de la lengua trataron de bailar sobre las ruinas del mito de la Torre de Babel y crear nuevos sistemas lingüísticos que nos permitieran entendernos en armonía y buen rollo universales. Se ve que a semejante clase de gente no le basta con el amplio abanico de idiomas de nuestras escuelas de Madrid, así que se van por peteneras lingüísticas. Veamos cómo les fue a sus inventos:
LENGUA IGNOTA: se considera que es la primera lengua inventada de forma artificial, y data del siglo XII. Fue creado por la mística germana Hildegard Von Bingen, quien, aunque lo derivó del latín, fue capaz de idear un alfabeto completamente nuevo, compuesto por los sugerentes caracteres a los que llamó litterae ignotae. Aunque se desconoce el propósito que llevó a Hildegard a diseñar tan complejo alfabeto, algunos especulan con la posibilidad de que pretendiera servirse de él para enviar mensajes secretos. Para entender mejor sus razones recomendamos la lectura de este artículo sobre la vida y milagros de tan sorprendente mujer.
De ella sólo se conserva un glosario que consta de unas mil palabras, pero no tenemos dato alguno sobre los verbos o la gramática de dicha lengua (suponiendo que llegaran a existir, claro), hechos que la convierten en una de las más misteriosas y sugerentes que conocemos.
Éste es el único texto escrito en lengua ignota que se conoce. En él se conservan muchas palabras latinas, pero también se insertan algunas de cosecha propia de la mística: O orzchis Ecclesia, armis divinis praecincta, et hyacinto ornata, tu es caldemia stigmatum loifolum et urbs scienciarum. O, o tu es etiam crizanta in alto sono, et es chorzta gemma. ('Oh Iglesia del mundo, armada de la mano divina, y embellecida por jacintos, tú eres el bálsamo de la gente y de la ciudad de las ciencias. Oh, o tú eres también adornada en música sublime, y eres gema brillante'). Jo, qué cuco.
VOLAPÜK: el pobrecito volapük ha sido a menudo objeto de las chanzas de quienes lo consideran el producto de un histriónico cura alemán con una malsana obsesión por las diéresis (muchas vocales la llevan). Pese a haber sido calificado de “hermano tonto” del esperanto, lo cierto es que es anterior a él –datan de 1979 y 1887, respectivamente-, y hacia finales del siglo XIX existían unos 200.000 hablantes y casi 300 asociaciones dedicadas a su estudio y difusión. A principios del siglo XX el uso volapukero cayó en picado, sobre todo debido a la escisión entre quienes abogaban por reformarlo y los integristas de la gramática original, aparte del problema añadido de que su aprendizaje es bastante más complejo que el del esperanto, por ejemplo. He aquí un entrañable ejemplo de la escritura de este idioma:
Volapük: Reidanes valik lüvipobs nulayeli läbik ä benüköli. Dünobsös obs valik in vob kobik dini Volapükatikoda!
Castellano: Deseamos a los lectores un año nuevo feliz y próspero. ¡Que todos podamos, en una labor común, servir a la causa de la lengua universal!
ESPERANTO: Fue creada en 1887 por un oftalmólogo polaco llamado Lázaro Zamenhof. La filosofía en que se basaba recibe el nombre de homaramismo, cuyo significado aproximado es “amor a los hombres y a la humanidad”. Y la apuesta esperantista fue precisamente lograr un entendimiento entre prueblos que, partiendo del lenguaje, alcanzara el resto de facetas de la vida. Lo cierto es que la herramienta era buena, muy buena: como idioma apenas tenía rival en sencillez, gracias a su uso del vocabulario latino, un pequeño conjunto de reglas gramaticales sin excepciones, un alfabeto fonético y algunos otros rasgos destinados a facilitar su aprendizaje en la mayor medida posible.
Aunque ahora suene a reliquia o excentricidad de tiempos más ingenuos, hubo un momento en que la influencia del esperanto no fue en absoluto desdeñable. De hecho, se estima que en la actualidad existen entre 100.000 y 2.000.000 de hablantes -semejante abismo entre cifras nos hace pensar en las discrepancias al calcular la asistencia a manifestaciones-, de los cuales entre 1.000 y 10.000 son nativos; este último hecho es bastante sorprendente, porque en rara ocasión las neolenguas logran que su influencia se consagre en el ámbito familiar.
Dado que analizar la historia y características del esperanto merecería análisis extensos, remitimos a los interesados a este completo texto sobre su evolución, y a esta web a quienes deseen husmear más allá e informarse sobre cómo aprender el idioma -según sus defensores, el más sencillo de manejar del mundo.
INTERLINGUA: Opuesta a las ideas de fraternidad universal y hippismo lingüístico propias del esperanto, la interlingua nació de la mano de Alexander Gode, quien la concibió a mediados del siglo XX, y con unas expectativas bastante realistas. Ya no aspiraba a convertirse en la segunda lengua mundial, pues estimaba que para lograr ese objetivo sería necesaria la coerción totalitaria, algo a lo que su creador, huelga decir, se oponía. La interlingua estaba dirigida principalmente a los europeos hablantes de lenguas romances, y confiaba que fuera sencillo para cualquiera entender la interlingua. Lo que esto implica es que cualquier europeo reconoce con facilidad buena parte de su vocabulario; sin embargo, un asiático o un americano, por ejemplo, encontrarían mucho más sencillo el aprendizaje del esperanto.
A día de hoy la interlingua sigue viva, y de sus derivaciones actuales ha surgido el llamado 'latín moderno'. Aunque se desconoce el número exacto de hablantes, una de sus grandes bazas es que un hablante de lenguas romances, tal y como decíamos en el párrafo anterior, puede entenderla con facilidad sin un aprendizaje previo; esto implica que aproximadamente 1.000 millones de personas podrían descifrar un texto en dicho idioma. Aquí está, por ejemplo, una versión en interlingua de la Wikipedia. Sencillo, ¿no?
Declaración Universal de los Derechos Humanos en interlingua: Tote le esseres human nasce libere e equal in dignitate e in derectos. Illes es dotate de ration e de conscientia e debe ager le unes verso le alteres in un spirito de fraternitate.
Por último, en esta web podéis ver las diferentes banderas de cada idioma inventado. Y os dejamos con una magnífica canción de Los Enemigos (lamentamos que se trate de un playback…) que ejemplifica a las mil maravillas los intríngulis comunicativos: