La Navidad siempre ha sido la fiesta más tradicional y la que ha levantado más fuertes sentimientos: la esperanza, la ilusión, la nostalgia, el enfado…
Para los niños es Papá Noel o los Reyes Magos, escriben y sueñan con su carta desbordada de entusiasmo y saturada de marcas y nombres imposibles.
Para los mayores es la reunión de toda la familia, la noche del 24 de diciembre: la Nochebuena, cuando cenan todos juntos. ¡Y qué cena!
En algunas casas se reúnen hermanos tíos, primos y abuelos. En otras solo padres y hermanos. Pero en todas se decora la casa con algunas de estas opciones o con todas: guirnaldas y luces de colores, árbol de Navidad y/o Belén.
Todo se viste de fiesta, también la mesa para disfrutar de comidas suculentas que pueden ser tan variadas como los gustos de las familias.
Ibéricos, quesos, mariscos: langostinos, cigalas, nécoras, centollos, gambas, carabineros…, carnes: cochinillo, cordero, pavo, pularda, oca… pescado: besugo, rodaballo… postre y dulces: tronco de Navidad, turrones, polvorones, mazapanes, fruta escarchada, peladillas… frutas deshidratadas: orejones, higos, uvas.
Todo ello regado de diferentes vinos maridados con los diferentes platos y por supuesto cava.
Se cantan villancicos, se juega y se alarga la reunión hasta altas horas de la madrugada.
Algunas familias van a la misa del gallo que es a las 12 de la noche del 24 de diciembre. La Misa del Gallo es una tradición religiosa arraigada en la celebración de la Navidad en la Iglesia Católica. El nombre «Misa del Gallo» se deriva de la creencia popular de que un gallo cantó en la medianoche del nacimiento de Jesucristo.
Pero desde hace ya algún tiempo hay otras versiones de la Navidad menos tradicionales, que vienen empujando con fuerza: Ir a un restaurante o viajar fuera, por ejemplo.
Muchos restaurantes ofrecen menús para esta noche por 70 € o bien descuentos de un 40% en sus cartas.
Si eliges la opción del viaje, hay quien va en familia a una casa rural para disfrutar de actividades al aire libre y comer menos, o quien viaja solo o sola a un país lejano.
Porque todo es posible en Navidad también. La Navidad se ajusta al gusto de cada uno.
Estos días la ciudad está increíble, con miles de luces de colores, abetos gigantes, mercadillos y pistas de patinaje que la convierten en una de las capitales más bonitas y divertidas, repleta de propuestas para pasar unos días inolvidables. ¡Explora la emocionante programación disponible y sumérgete en esta experiencia única! ¡Feliz Navidad!
