Aprender un nuevo idioma es una tarea difícil, en ocasiones incluso ingrata. Y por ello en International House Madrid siempre hemos apostado por un método comunicativo y lúdico, que no se limite a la memorización ramplona de reglas y términos, sino a ponerlos en práctica mediante diversas estrategias de aprendizaje. Y hoy queremos aprovechar para presentaros algunas ideas destinadas a facilitar la adquisición de nuevo vocabulario mediante recursos mnemotécnicos.
Aunque la mnemotecnia a veces ha sido considerada como algo ligeramente infantil o, en el peor de los casos, una serie de trucos poco útiles, nada más lejos de la realidad: estas reglas son una forma perfecta de sacarle partido a la capacidad asociativa de nuestro cerebro. Este siempre trabaja mejor cuando puede contextualizar la información que pretendemos aprender, y la mnemotecnia no es sino un apoyo para que se establezcan vínculos sencillos y duraderos entre conjuntos de datos. Salvo que uno tenga una memoria prodigiosa, nos merecerá la pena usar todos los recursos a nuestro alcance para facilitar el aprendizaje.
¿Si queremos aprender un nuevo idioma, por dónde empezamos? Según el joven políglota Benny Lewis, para aprender un idioma con la máxima eficacia, el primer paso debe ser memorizar una cantidad suficiente de vocabulario básico. La clave está en que, según descubrió, con apenas 300 palabras es posible formar el 65 % de las frases que se escriben en un determinado idioma. Es decir, existen miles de palabras más, por supuesto, pero para ser operativos y defendernos en una lengua nos bastará con esas trescientas que señala Lewis. Para empezar, el recomienda identificar los cognados –o “amigos verdaderos”-, que son aquellas palabras que se parecen mucho en distintos idiomas dado que comparten una raíz etimológica (camera/cámara, company/compañía, dictator/dictador, etc.). En este enlace tenéis una buena lista para conocerlos.
Gracias a esta primera criba, ya disponemos de un conjunto asequible de términos que podemos plantearnos aprender. Ahora podremos elegir entre diversas técnicas mnemotécnicas, que sirven para que nuestro cerebro encuentre atajos y fije en nuestra memoria los términos que se nos resistan. Propondremos solo algunos, ya que las técnicas son casi infinitas:
- Los colores pueden ser muy útiles para recordar grupos de palabras afines. Cuando trates de aprender una serie de palabras, sepáralas según su clase –sustantivos, adjetivos, verbos, etc.- y asigna a cada una un color. Puedes anotarlas en cartulinas, utilizar subrayadores, etc. Repasa varias veces todas las palabras, hasta que las asocies claramente con el color que les corresponde. Esto te permitirá ordenarlas mejor en tu cabeza y recordar al instante la función que tienen.
- Utilizar pósits (notas adhesivas). Esto te resultará de ayuda, sobre todo, cuando quieras aprender un idioma prácticamente desde cero. El método es muy sencillo: cuando estés en casa o en el sitio en que residas, mira en torno e identifica todos aquellos objetos cuyo nombre en otro idioma desconoces. Usa un diccionario, apunta en los pósits las palabras y pégalos sobre los objetos a los que aludan. Puede resultar algo engorroso tener tu habitación llena de pequeñas notas amarillas, pero ten en cuenta que en apenas un par de días ya lograrás retener todos esos términos y podrás quitarlos. Además, es un método realmente práctico.
- Toma las palabras en otro idioma y piensa en palabras fonéticamente similares en español. Por ejemplo, para memorizar “freedom” (libertad) puedes pensar en “Frigo”, la marca de helados. Y para “truck” (camión), utilizar “truco”. Una vez las tengas, inventa una frase en la que se usen ambas palabras: “la libertad es un helado de frigo” o “me hizo un truco con el camión de juguete”. Al leer ambas frases tu cerebro evocará rápidamente los términos “truck” y “freedom”, facilitando que los memorices con mayor facilidad.
- Construye una historia con las palabras que desees aprender. Este método puede parecer trabajoso, pero no solo resulta eficaz, sino que estimulará tu imaginación y puede resultar muy divertido. Toma unas pocas palabras que desees aprender, no más de diez o quince. En tu idioma materno, ve formando frases con ellas hasta formar un breve relato, incluyendo en cada una los términos que quieras memorizar. Trata de darle un mínimo sentido lógico para que resulte sencillo de leer. Una vez lo tengas, escribe en la parte superior de cada ítem de vocabulario su traducción al inglés o el idioma que desees aprender. Ahora solo tendrás que leer el relato –mejor si es en voz alta-, deteniéndote en cada nueva palabra. Es una forma muy visual de fijar en tu memoria el significado del vocabulario nuevo, que a partir de ahora estará asociado a una serie de eventos (tu narración). Y, si eres hábil dibujando, podrías insertar las palabras en una historiera, estilo cómic.
¿Has desarrollado alguna técnica mnemotécnica propia? ¡Cuéntanosla! Y recuerda que la mejor forma de aprender inglés u otro idioma es apuntándote a los cursos de IH Madrid.